Yuval Noah Harari es un joven historiador israelí que ha escrito dos bestsellers:
Spiens. A Brief History of Humankind, y su más reciente
Homo Deus. A Brief History of Tomorrow. Recomiendo ambos libros que tienen la virtud de contar de forma amena, inteligente e iluminadora la experiencia humana y sus posibles futuros. Harari no hace grandes valoraciones morales. Presenta las cosas como son o como podrían ser, sin sentimentalismos.
En estas notas desordenadas quiero comentar algunas de sus afirmaciones en
Homo Deus. El libro es un buen compendio de lo más reciente en lo que la biología y la cibernética nos están diciendo sobre la transformación de Sapiens y la probable irrelevancia futura de los humanos en la Tierra.
El objetivo del libro
Esta obra de Harari es una obra de “imaginación histórica” (ni utópica, ni distópica). El autor habla de “religión”, no en el sentido tradicional del término. Para él “religión” es cualquier narrativa, religiosa, política, ideológica, cultural, que pretende darle sentido a la experiencia humana. Es mejor que lean a Harari al respecto (disculpen las fotos borrosas del libro):
Sobre la identidad humana
La identidad para Harari, como ya lo han dicho otros escritores, psicólogos, filósofos, es un “cuento” que nos echamos nosotros mismos, y que es en cierta medida atemporal:
Somos “
dividuals” y no “
individuals”, según Harari, seres divididos por la misma constitución de nuestro cerebro:
El valor de las humanidades
En el mundo dominado por el pragmatismo tecno-comercial, Harari defiende el valor de las humanidades como la única forma de darle sentido a los cambios que estamos viviendo:
Capitalismo
Harari rescata a Marx, pero lo hace de una forma muy original. Consecuente con la premisa de la dialéctica, el historiador israelí dice que lo escrito por Marx tuvo influencia en cómo el capitalismo se adaptó a los retos que creaba la dinámica de explotación del sistema:
El capitalismo está en todas partes. Su éxito reside justamente en haber permeado todo, incluso la forma en la que jugamos (y también la forma en la que relacionan con el sistema capitalista los que dicen luchar contra él, como el régimen chavista que ha destruido a Venezuela):
Harari nota el papel que las emociones (prefiero llamarlas afectos) juegan en la economía, acabando con la ilusión racionalista que propugnan algunos economistas:
Greed and green
Siempre queremos más, dice Harari, y eso tiene sus consecuencias:
Por eso resulta tan difícil cambiar comportamientos que contribuyen directamente al calentamiento del planeta:
Religión y tecnología
La tecnología es una nueva religión, o, como dice Harari, tecnología y religión siempre han ido de la mano como una pareja con sus conflictos y sus momentos “felices”:
La religión tecnológica está transformando a Sapiens de una forma radical, lo que probablemente haga irrelevante al humano. Es de notar que esta religión, a diferencia de otras que ponían al humano en el centro de su narrativa, o al menos cerca del centro como sujeto preferido de Dios, puede desplazar a Sapiens a la periferia, haciendo de nosotros seres prescindibles:
“Dataísmo” como religión
Datos y algoritmos para calcular y manipular datos representan la nueva tecno-religión. Harari discute ampliamente el “dataísmo” y sus consecuencias:
Relocalizando a Dios y a los seres humanos
Dos citas provocadoras de Harari sobre la idea de Dios y el lugar de los seres humanos en el futuro:
Vivir para siempre
La gran aspiración humana de vivir para siempre podría resultar en algunas pesadillas. Harari las imagina con algo de humor:
Aborda un tema asociado, el de la “eterna juventud” como religión última:
Sida como éxito
Sí, Harari cree que la epidemia de Sida ha sido todo un éxito de salud pública. No porque haya matado a muchas personas (no llega a ser tan cínico), sino porque sirvió para desarrollar medicamentos y estrategias de control de la enfermedad que han servido para luchar contra otras epidemias y el reto que representa el resurgimiento de las enfermedades infecciosas:
Perspectivas sobre comunicación
Homo Deus tiene algunas observaciones agudas que resultan interesantes para los que estudiamos la comunicación.
Dos observaciones sobre la dimensión intersubjetiva de la experiencia humana, es decir la historia de la humanidad como historia de la comunicación:
También nos habla de la relación que existe entre el nacimiento de la escritura y de la moneda en el desarrollo de las civilizaciones:
Libertad
Ya dije que Harari no hace grandes juicios morales, ni tampoco se hace muchas ilusiones con respecto al porvenir de la humanidad. Relativiza el “libre albedrío” y la noción misma de libertad:
Conocer y sentir
Apunta Harari algo que la neurobiología y las ciencias cognitivas han demostrado recientemente. Conocer (es decir, el aspecto racional del conocer) implica también sentir (el aspecto afectivo/emocional de ese “conocimiento”):
Estética y política
Harari dice algo que me parece particularmente importante hoy en día, y que ya traté en un corto artículo
aquí: la estética y la política son hermanas gemelas, y no siempre muestran sus rostros más “bellos”.
Chispa que enciende la pradera
La revolución es cuestión de pocos y de redes, según Harari. Para encender el fuego de la convulsión socio-política se necesitan líderes que sean capaces de generar un movimiento en redes, es decir cooperación. No son las masas anónimas ni desconectadas las que hacen las revoluciones:
Las preguntas claves
Al final del libro, Harari presenta todo un programa de investigación para las ciencias humanas y sociales. Sin querer aguarles la fiesta (recomiendo que se lean completo el libro), aquí van las preguntas que se plantea: