martes, 17 de diciembre de 2019

Danza 2019

En este corto vídeo interpreto de una forma poco ortodoxa una Sarabande de J.S. Bach. Combino la música con una serie de imágenes. Lo he llamado Danza 2019. Les deseo que pasen unas felices fiestas de fin de año y un 2020 pleno de salud y paz.



Pueden ver y escuchar el vídeo haciendo click aquí


domingo, 28 de abril de 2019

Sobre los daños colaterales de la plaga chavista-socialista en las mentes de derechas: dogmatismo e irracionalidad

Los venezolanos debemos abandonar los dogmatismos y
las pasiones inútiles para reconstruir la convivencia social
Uno de los daños causados por el chavismo es la estrechez mental de algunas personas que se identifican como de derechas. He escuchado dos cosas que revelan el estado de rigidez espiritual que ha causado en algunos venezolanos la plaga socialista-populista. Como una especie de reacción por extremos, como un espejo de opuestos, determinados voceros de la llamada derecha liberal, con la que comparto algunos principios, han dicho dos barbaridades que merecen acortarse y analizarse.

Justicia social: principios de la civilización

La primera es la que dice que la noción de justicia social sería una jugarreta socialista-comunista para promover la corrupción y la servidumbre. Niegan de un solo plumazo toda una tradición civilizatoria occidental que considera la justicia social como un principio regulador de la vida en sociedad. Basta citar algunos postulados del Levítico, libro de la Biblia, que presento aquí:

"...Y cuando segareis las mieses de vuestra tierra, no acabarás de segar el rincón de tu campo, ni espigarás tu tierra segada; ni tampoco rebuscarás tu viña, ni recogerás los granos caídos de tu viña; para el pobre y el extranjero los dejarás..."

"...No usarás extorsión para con tu prójimo, ni le robarás. El salario del jornalero no ha de quedar en tu poder hasta la mañana..."

"...No maldecirás al sordo, ni pondrás tropiezo delante del ciego..."

"...No harás injusticia en el juicio; no favorecerás al pobre ni complacerás al rico, sino que con justicia juzgarás a tu prójimo..."

"...No andarás chismeando entre tu pueblo: no desatiendas a la sangre de tu prójimo (cuando esté en peligro) ..."

"...No odiarás a tu hermano en tu corazón...No te vengarás, ni guardarás rencor contra los hijos de tu pueblo, sino que amarás a tu prójimo como a ti mismo..."

"...Y cuando morare algún extranjero contigo, en vuestra tierra, no lo engañéis. Como un nativo vuestro os ha de ser el extranjero que morare con vosotros, y le amarás como a ti mismo, porque extranjeros fuisteis en la tierra de Egipto..."

Son principios que encontramos en el cristianismo, en el islam, y también en otras religiones que no son de inspiración “abrahámica” (por Abraham, padre del monoteísmo) como el budismo o en filosofías como el confucianismo.

Es bueno destacar que la referencia es a la justicia y no a la caridad, que es más una virtud que ejercen las personas caritativas. La justicia social, noción que en el hebreo bíblico se expresa en la palabra tzedaká se refiere a lo justo y no simplemente a la inclinación a ser virtuoso. De hecho, mucha gente no es virtuosa ni caritativa. Por eso el principio de justicia no depende de las inclinaciones personales, sino de un valor que es tan universal como la libertad. Ser justo, y justo socialmente, es fundamental para la convivencia.

El capitalismo no es "natural"

La otra barbaridad que he escuchado de boca de estos puristas de derechas es que el capitalismo es “natural”. Esto merece que nos detengamos un momento en la noción de lo “natural”. Primero, hay que constatar que en este mundo civilizado en el que vivimos (civilizado en el sentido de civitas, de vida en la urbe) no hay ya casi nada que sea natural. Vivimos por, para y gracias a los artificios que hemos inventado los seres humanos, sobre todo las convenciones sociales y las tecnologías. Y uno de esos artificios es el capitalismo, una forma de organización social y económica que ha resultado más eficiente y productiva que otros artificios, como la planificación centralizada socialista, que fue un desastre económico y humano.

Pero decir que el capitalismo es “natural” es una tontería dogmática que ciega la razón y no permite que se aborde el debate público con sindéresis. El capitalismo es probablemente la forma de organización social y económica menos natural que existe, y de allí su fortaleza. No es porque el capitalismo responda a una naturaleza humana, sino porque es un artificio que es capaz de adaptarse y progresar, que ha podido superar una serie de obstáculos, incluyendo la competencia ideológica que alguna vez representó el comunismo. Si se quiere, el comunismo, como artificio ideológico y dogmático, estaba justamente condenado al fracaso por su incapacidad de adaptarse y reformarse. El capitalismo, que tiene como principio la libertad de acción individual, es el artificio económico (no natural) más eficaz que hasta ahora ha conocido el ser humano.

El artificio eje del capitalismo es el mercado, que es una convención humana que tiene sus reglas (“leyes” dicen los economistas) creadas y aceptadas por las personas con el fin de hacer transacciones de objetos, de servicios y de ideas. Este artificio responde a unas dinámicas (oferta y demanda), pero no es perfecto, es decir, produce a veces efectos que en lo moral, social y económico no son deseables para la convivencia social (por ejemplo: monopolios, oligopolios, cartelización de precios, competencia desleal, explotación de trabajadores, daños ambientales). Por eso, sin negar la centralidad del mercado como mecanismo “auto-regulador” de la actividad económica, existen modelos de organización socio-económica que han buscado un equilibrio entre mercado capitalista y justicia social. Pensamos, en primer lugar, en el modelo alemán de la post-guerra llamado economía social de mercado, pero podríamos citar otros como el mismo modelo japonés, el de los llamados Tigres asiáticos, los países nórdicos, en el que destaca Noruega, y tantos otros.

En Venezuela, y entre venezolanos, es muy difícil mantener un debate racional y desapasionado en estos días. La destrucción provocada por el chavismo en lo social, material, económico, político y moral ha dañado la capacidad de convivencia entre venezolanos que piensan diferente. El retorno de la democracia se logrará cuando entendamos que hay que abandonar los dogmatismos y las pasiones inútiles.

sábado, 23 de marzo de 2019

LYING ABOUT VENEZUELA IN OTTAWA: “VAMOS A CONTAR MENTIRAS”

Lascaris, the "star"
of the panel lying about Venezuela

From left to right: Ávalos, Lascaris, Saint-Vil and Peter:
preparing to lie about Venezuela
This Saturday, March 23rd, the group “Hand-off Venezuela” from Ottawa-Gatineau, with the support of the Public Service Alliance of Canada, organized a panel under the title “Manufacturing Consent to A Coup in Venezuela”. The panel was composed by the lawyer and journalist Dimitri Lascaris from Real News Network, Jean Saint-Vil, a Haitian-Canadian activist, and Laura Ávalos, a Canadian-Salvadorian who has been very active in the so-called “chavista” movement in Canada. The panel was moderated by Peter (I could not record his family name), who is the leader of the “Hand-Off Venezuela” in the Ottawa-Gatineau region.

The “star” of the event was Lascaris, who spent one week in Caracas from February 1st until the 8th. He acknowledged that he does not speak Spanish (he relied on a local fixer for the translation). He also said that he could not go to the shanty towns (the barrios) because of lack of security (the local fixer refused to go to the poor areas). He stayed at a four-star hotel in Altamira area, where all the international correspondents stayed. He claimed that he did not receive any payment from the Maduro regime, not even to cover his expenses to travel or while in Venezuela.

He gave some background information about the country that was – at least from the point of view of any objective observer – very biased. For example, he presented two photos of the members of the National Assembly: one with the members of the ruling party PSUV, and another showing the representatives from the democratic opposition forces. He said that it was clear that the photo from the PSUV showed the “majority” of Venezuelans who are coloured and mestizos, while the picture from the opposition showed mainly white people (i.e. the “minority” of Venezuelans).  Lascaris played the racial card many times during his presentation, implying always that the democratic movement against Chávez and Maduro was mainly composed of some kind of “white supremacists” trying to impose the interests of a minority to a large majority of coloured/mestizos/black Venezuelans.

The Haitian-Canadian Saint-Vil played exactly the same card, repeating ad-nauseam during his presentation that “white Venezuelans” were trying to destroy the “legacy of Hugo Chávez” that empowered black Venezuelans and helped them to overcome poverty and marginalization.

Coming back to Lascaris’ presentation, he repeated several of the lies of the Maduro propaganda: Guaidó is “self-proclaimed,”Maduro won a “fair election with 68% of the votes” in May 2018, the current economic crisis is mainly due to the “US embargo” and the fall of oil prices in the international market, that Venezuela has a wonderful constitution that protects the environment, the rights of the indigenous peoples, and all kinds of “chavista” fantasies. He attended a couple of demonstrations while in Caracas: one from the democratic forces in support of Guaidó, and another one in the Avenida Bolívar of those supporting Maduro. Lascaris said that he saw two peaceful demonstrations, that no police nor military blocked people of neither side, etc. He painted a picture of almost “Swiss order and peace”, forgetting to mention that the Maduro police and military killed 240 young men during the protests in 2017 and 2014, that they arrested more than 3000 people, almost 1000 civilians were the subject of “military trials” (something that is unconstitutional and violated their human rights).

Lascaris forgot to mention the 900 political prisoners who are currently in Venezuela jails without proper due judiciary process (a judicial power completely controlled by Maduro and his allies of the executive branch), the 300 military officers who are in jail because they expressed their disagreement with Chavez’s and Maduro’s policies that transformed the Armed Forces into a corrupt political party with weapons (some of these military have been the subject of torture as documented by recent videos showed in the Organization of America States). He also forgot to say something about the environmental devastation that is taking place right now in the south of Venezuela, in the so-called Arco Minero del Oricono (the Orinoco Mining Belt), with “legal” and illegal  exploitation of gold, coltan and diamond in disregard of any universal standard of ecological or human rights protection. He forgot to mention as well the killing of Amerindian Pemon people just a few weeks ago by the National Guard and the Maduro’s paramilitary called “colectivos.”

Lascaris claimed that he is an experienced journalist, but during his presentation, he showed lack of rigour and lack of basic journalistic skills. He said repeatedly that he was “not an expert in Venezuela,”but he did not do the basic job of a good journalist: check the facts about Venezuela, look at background information, do some research before going to the country, try to go beyond the stereotypical interviews and testimonials. He did not do anything that is required from a decent journalist. But he is not a journalist. He is a propagandist. That’s why he did not “know” about the killings of young opposition members in 2014 or 2017, he did not mention the killing of the Pemon people, he did not know that almost 4 million Venezuelans have fled the country because of poverty, diseases and starvation, he did not say a word about the destruction of the national oil company Pdvsa, or the massive corruption since Chávez was in power and continued under Maduro, and all the other facts that Lascaris did not find relevant during his short visit to Venezuela. Not even he mentioned, because he is not aware of it, I am sure, that union leaders from the government-owned corporations of Guayana in the south of Venezuela, have been murdered or jailed by the Maduro regime (and this panel was taking place in the building of a Canadian union and was supported by the public employees’ union). But I repeat: he is not a journalist, he is an agent of Maduro’s propaganda.

Regarding the other two presentations there is not much to say. Monsieur Saint-Vil made a parallel analysis between the situation in Haiti under Jean-Bertrand Aristide and Maduro. He played the racial card, talking about “black Venezuelans” (who supported Chávez and supposedly now support Maduro) being exploited by the “white opposition” (it seems that this guy never saw a picture of Guaidó and other opposition leaders, but they don’t care about the facts). Laura Ávalos, who tried to be “objective”, was not very well informed about the history of Venezuela or even recent facts. For example, she did not know that Venezuelan democracy played a pivotal role in the peace negotiations in El Salvador through the Contadora group in the 90s (her family is from El Salvador). She did not know either that the current Canadian aid of $55 million is going to help the Venezuelan refuges in Brazil who are in the United Nations High Commissioner for Refugees (UNHCR) camps located in Boavista. But she claimed that she was “very well informed” about the crisis in Venezuela. OK, yes I “believed” Laura.

Two additional comments about this particular event of lies about the crisis in Venezuela. First, the panel did not have any Venezuelan. They pretended to tell the “truth” about Venezuela without any Venezuelan in the panel. Fortunately, some Venezuelans were in the room to present the facts and debunk the lies of the panellists. Second, the racial card was played during the event until the extreme, including the hysterical position of some attendees who shout at me, because I have to “renounce to my white privilege” if I want to really understand what is happening in Venezuela. The person who came shouting at me with this “inverse racist” remark did not like that I responded to her in French (and she is French, according to her own confession). A truly surreal experience. A final note (more surreal). Don, a Canadian chavista activist, told me that he cannot believe at all that the “Cubans” have any influence in Venezuela, that they don’t control the military or have intelligence services in the country. That was the summit of craziness. That’s what ideology can do to your brain.

lunes, 18 de marzo de 2019

Los tres primeros capítulos de la novela seriada sobre la Venezuela post-apocalíptica

Lápida de la tumba de Menahem Bendelac Z"L en el panteón sefardí
en el Cementerio General del Sur en Caracas, Venezuela

¿Quién me ayuda a escribir una novela?

No le he puesto título todavía, pero ustedes me pueden ayudar también a ponerle el título.
Iré publicando una serie por entregas. Es un experimento que quiero hacer con ustedes. Esto que iré contando es pura ficción, pero sin duda tiene resonancias con la actualidad, especialmente con la actualidad de #Venezuela. Espero que quieran acompañarme en esta aventura.

La foto que ilustra esta nota del blog corresponde a la lápida de Menahem Bendelac Z”L, tío abuelo de mi papá Jacob Nahón Israel Z”L, nacido en Tetuán (Marruecos), que se fue a Venezuela a principios del siglo XX y se instaló en San Fernando de Apure, en los llanos venezolanos. Es su historia la que inspira ésta que comienzo a relatarles.

Aquí van los tres primeros capítulos que he ido publicando en Facebook:

Los otros capítulos los iré publicando en mi cuenta en Facebook.


viernes, 22 de febrero de 2019

Aprendiendo a leer: sobre titulares tendenciosos en medios “equilibrados”



Por deformación profesional, siempre tengo la inclinación a interpretar. No se trata de buscarle las cinco patas al gato (mis adorados gatos), pero de darle sentido a la palabra. El otro día comenté un titular de El País, en su edición América, que afirmaba que la intervención de Trump en la crisis venezolana opacaba el papel de las fuerzas democráticas. Mi comentario me valió una reprimenda de un colega que me llamó miope y prejuicioso.

Ningún discurso es inocente. Todo discurso es enunciado por una persona con una visión del mundo (incluso, éste que escribo ahora). Cuando editores y periodistas tratan, a estas alturas, de presentar alguna equivalencia entre la lucha de las fuerzas democráticas por la libertad y el empecinamiento de Maduro y sus secuaces por quedarse en el poder usurpador, se equivocan periodísticamente y moralmente. Peor aún, cuando pretenden reducir esta lucha a una manipulación del imperialismo yanqui para desalojar a Maduro de Miraflores, simplemente repiten una serie de viejos estereotipos y lugares comunes.

¿Que el imperialismo existe? Pues sí. ¿Que el gobierno que encabeza Trump está haciendo todo lo posible por acabar con el régimen criminal que tiene secuestrado a Venezuela? Obvio. ¿Que para ello se ha puesto en marcha una estrategia coordinada entre actores nacionales e internacionales, lo que incluye a muchos otros países como Canadá, Colombia, Brasil, etc.? Clarísimo.

¿Qué motiva este tipo de titulares? Tengo algunas hipótesis, pero avanzo la que me parece más plausible. Algunos editores y periodistas de medios tan prestigiosos como la BBC, El País o The Guardian (que han denunciado desde hace mucho tiempo los abusos, corruptelas, violaciones, barbaridades y miserias del chavismo, porque todo hay que decirlo), a veces se dejan llevar por un impulso de supuesta objetividad para poner sobre el tapete que la intervención del “antipático” Trump y funcionarios como Bolton y Abrahams (con sus pasados “problemáticos”) representa de alguna forma la tradicional política del gran garrote de EE.UU.

Los venezolanos sabemos que no es exactamente así. Estados Unidos tiene intereses en el hemisferio (de nuevo, lo obvio). Pero el tipo de régimen que estamos enfrentando, que cuenta con aliados como la Cuba castrista (el vampiro del Caribe), Rusia (que está a punto de hacerse la sueca), China (que quiere que le paguen sus reales), Irán (que odia al Gran Satán y al Pequeño Satán = Israel), Hezbolá (que ya tiene un record de muerte en Latinoamérica, por su participación en los atentados de Buenos Aires), y toda clase de criminales (desde tratantes de blancas hasta el ELN), no sale solamente con la presión interna. Desde adentro y desde afuera hay que hacer peso para que caiga, y que podamos tener un gobierno de transición y elecciones libres.

jueves, 14 de febrero de 2019

The Venezuelan army’s staunch loyalty to an illegitimate dictator

General Padrino López, ministry of Defense, and Nicolás Maduro.

My text in The Conversation (Canada) about the role that the military is playing in the Venezuelan crisis. 

Since its birth as an independent republic, Venezuela has lived under the shadow of militarism in what writer Ana Teresa Torres has called the “heritage of the tribe.” Militarism was front and centre in a prolonged civil war in the 19th century and in dictatorships in the 20th century, the most brutal of them led by generals Juan Vicente Gomez and Marcos Pérez Jimenez.

To read the full article click here.

sábado, 2 de febrero de 2019

CUPE, EL MAYOR SINDICATO DE CANADA, HA ACTUADO DE FORMA INMORAL CON RESPECTO A VENEZUELA

Manifestantes en Caracas piden el cese de la usurpación de Nicolás Maduro, gobierno de transición
y elecciones libres.

CUPE, el mayor sindicato de Canadá (cerca de 700 mil afiliados), se ha pronunciado contra la posición del gobierno del Primer Ministro Justin Trudeau en reconocimiento del presidente interino Juan Guaidó y el apoyo a un gobierno de transición para recuperar la democracia en Venezuela. Argumentan los directivos de CUPE que Nicolás Maduro fue electo de forma legítima, y que el gobierno de Canadá debería respetar la “soberanía de los venezolanos”. En su comunicado fustigan a Trudeau por haberse alineado con la política de Donald Trump hacia Venezuela.

CUPE ignora varios puntos importantes. Primero, Maduro no fue electo de forma legítima en mayo de 2018, como ellos argumentan. Las elecciones fueron convocadas de forma ilegítima por una asamblea constituyente, ella misma convocada y electa de forma espuria en contra de la constitución de Venezuela. Además, la elección tenía varios vicios: se prohibieron partidos políticos, candidatos de los sectores opositores fueron inhabilitados políticamente por tribunales o decisiones administrativas, otros, como Leopoldo López, están bajo arresto domiciliario, y la Asamblea Nacional, parlamento en el que los partidos de las fuerzas democráticas tienen la mayoría, fue desprovista de sus poderes legislativos y de controlaría por un Tribunal Supremo de Justicia que es una marioneta movida desde el ejecutivo de Maduro y sus secuaces.

Por otro lado, esas elecciones fueron realizadas sin garantías fundamentales, como el respeto a la libertad de expresión y de información, el acceso equitativo a los medios de comunicación de todos los candidatos presidenciales, el uso abusivo de los medios y presupuestos del gobierno para promocionar sus actividades partidistas, la puesta en marcha de un sistema de chantaje a través de la distribución de cajas de comida (los llamados CLAP) entre los más pobres (en un país que sufre escasez de alimentos), y la movilización de grupos paramilitares para intimidar a la población. Además, el régimen de Maduro controla al Consejo Nacional Electoral, autoridad que actúa con parcialidad a favor del chavismo.

CUPE igualmente ignora que el gobierno de Maduro ha perseguido a los sindicatos (como también lo hizo Hugo Chávez en su tiempo como presidente), encarcelado a sus dirigentes, destruido a las industrias petroleras, siderúrgica, del aluminio, entre otras, todas ellas grandes empleadoras de la masa obrera venezolana.

CUPE obvia en su comunicado que el régimen de Maduro ha quebrado la economía venezolana que vive una hiperinflación anual de al menos un millón por ciento (sí, un millón), una caída del PIB  de 11 por ciento en los últimos tres años, un incremento brutal de los niveles de pobreza, de desnutrición, el resurgimiento de enfermedades que estaban controladas en Venezuela, como la malaria, el incremento de la mortalidad infantil y materna, la destrucción de la red de hospitales públicos, la falta crónica de medicamentos, y una lista de calamidades que sería muy larga de enumerar.

CUPE también ignora que cerca de 4 millones de venezolanos han tenido que emigrar del país, lo que representa más del 10 por ciento de la población del país. Lo han hecho huyendo de la pobreza, la enfermedad y también de la violencia criminal, que ha resultado en el asesinato de 24 mil personas solamente en 2018 (cerca de 300 mil personas han sido asesinadas desde que el chavismo llegó al poder en 1999).

CUPE debería informarse mejor antes de emitir una opinión sobre lo que ocurre en Venezuela. Además de mostrar ignorancia, ha expresado gran desprecio por el sufrimiento de la gran mayoría de los venezolanos, y se ha colocado al lado de los que defienden a un gobierno criminal que ha violado sistemáticamente los derechos humanos, como lo han denunciado Amnistía Internacional y Human Rights Watch. CUPE ha actuado de forma inmoral.

martes, 8 de enero de 2019

Notes about the grotesque and the kitsch (1)



Cute goats in a campaign about diabetes.

The approach we propose to study the images and emotions in different communication strategies takes into account two extremes: the grotesque and the kitsch. We believe that by studying these two polarities of the visual and the passions associated with them, we can analyze the configuration of an economy of emotions and the sensible in the ecosystem of digital media.

We understand by visually grotesque everything that refers to a degraded materiality (deformed, diseased, decadent, dead), especially in relation to the human body or the body of other animal species.

By visually kitsch, we understand everything that appeals the audience from the codes of sentimentality and the oversaturation of the sensible (hence, its association with the cloying).

The grotesque and the kitsch share characteristics. They are based on material and symbolic exuberance or abundance (their iconic features are overloaded or exaggerated), they are "abnormal" (that is, they contradict the norm according to certain criteria of the beautiful or the good), and they can be attractive for a large number of people (precisely because of the repulsion or sentimentality they arouse in the public).

Being extraordinary (in the sense of "out of order"), the grotesque and the kitsch disrupt a certain monotony of the media landscape, and appear as "emerging data", event for a short period of time, managing to stand out in the crowded flow of images, texts, sounds and impressions circulating in the digital ecosystem.

The grotesque and the kitsch contribute to strengthening the strategic features of public communication, either in marketing, propaganda or public relations, because thanks to their affective tones they are able to attract attention, elicit a feeling, provoke reproduction (i.e. " viral effect"), trigger a conversation, and generate a moral assessment.

Both aesthetic expressions mobilize passions (sometimes in a pathetic way) that can lead to cognitive elaboration about the object, situation, person or issue associated with the grotesque or kitschy image. It is because of their shocking or sentimental nature (i.e. corny) that both aesthetic categories break with the distinction between emotion and reason, or body and mind, showing that the sensible and the cognitive form a unity.

The grotesque and the kitsch lead from the aesthetic to the ethical, superimposing the problem of taste (in the sense of sensible appreciation) with that of moral evaluation (in the normative and values spheres).

Because of its "scandalous" or excessive tones, the grotesque and the kitsch can promote extreme moral reactions (impassioned adhesions or rejections). Precisely, the disproportion of both aesthetic forms appears in contrast with the sublime or other representations which produces awe or reverential admiration before a certain measured or balanced order.

Notas sobre lo grotesco y lo kitsch (1)


El enfoque que proponemos para abordar el estudio de las imágenes y las emociones en diferentes estrategias de comunicación parte de la consideración de dos extremos: lo grotesco y lo kitsch. Creemos que al estudiar estas dos polaridades de lo visual y los afectos asociados con ellas, podemos dar cuenta de cómo se configura una economía de las emociones y de lo sensible en el ecosistema de los medios digitales.

Entendemos por visualmente grotesco todo aquello que refiere a una materialidad degradada (deformada, enferma, decadente, muerta), especialmente en relación al cuerpo humano o de otras especies animales.

Por visualmente kitsch, comprendemos todo aquello que interpela a la audiencia a partir de los códigos del sentimentalismo y de una sobresaturación de lo sensible (de allí, su asociación con lo empalagoso).

Lo grotesco y lo kitsch comparten características. Se fundamentan en la exuberancia o abundancia material y simbólica (sus rasgos icónicos son recargados o exagerados), son “anormales” (es decir, contradicen la norma según ciertos criterios de lo bello o lo bueno), y pueden resultar atractivos o llamativos para un gran número de personas (justamente por la repulsión o sentimentalismo que suscitan en el público).

Al ser extraordinarios (en el sentido de “fuera de orden”), lo grotesco y lo kitsch rompen con una cierta monotonía del paisaje mediático, y aparecen como “datos emergentes”, aunque que sea por un instante, logrando destacar en el abigarrado flujo de imágenes, textos, sonidos e impresiones que circulan en el ecosistema digital.

Lo grotesco y lo kitsch permiten reforzar lo estratégico en la comunicación pública, ya sea en sus expresiones de marketing, propaganda o relaciones públicas, pues gracias a sus tonos afectivos son capaces de llamar la atención, suscitar un sentimiento, provocar la reproducción (i.e. “viralización”), disparar una conversación y orientar una valoración moral.

Ambas expresiones estéticas movilizan pasiones (a veces en su acepción patética) que pueden conducir a la elaboración cognitiva sobre el objeto, situación, persona o asunto asociado con la imagen grotesca o kitsch. Es por su carácter chocante o sentimental (i.e. cursi) que ambas categorías estéticas rompen con la distinción entre emoción y razón, o cuerpo y mente, mostrando cómo lo sensible y lo cognitivo forman una unidad.

Lo grotesco y lo kitsch conducen de lo estético a lo ético, sobreponiendo el problema del gusto (en el sentido de la apreciación sensible) con el de la evaluación moral (en los planos normativos y de los valores).

Por sus tonos “escandalosos” o desmesurados, lo grotesco y lo kitsch puede promover valoraciones extremas en lo moral (adhesiones o rechazos apasionados). Justamente, la desmesura de ambas formas estéticas contrasta con lo sublime o incluso lo que produce sobrecogimiento o admiración reverencial ante un cierto orden mesurado o equilibrado.