domingo, 16 de mayo de 2021

Sobre una foto de un palestino herido en Gaza y Jesús muerto en brazos de María

La leyenda de la foto de la agencia de noticias AP que llega desde Gaza dice (traduzco del inglés): “Rescatistas palestinos extraen a un sobreviviente bajo los escombros de un edificio residencial después de los bombardeos mortales de la aviación israelí en la Ciudad de Gaza, el domingo, 16 de mayo, 2021. Los bombardeos aéreos destruyeron tres edificios y mataron al menos a 26 personas el domingo, dijeron paramédicos, lo que lo hace el ataque más mortal desde que fuertes combates comenzaron entre Israel y los gobernantes del territorio, el grupo militante Hamas, hace ya casi una semana (Foto de AP/ Khalil Hamra)”.
Esta foto provocó el siguiente comentario en Twitter de la profesora MarujaTarre, reconocida internacionalista y politóloga venezolana: “Aunque se ponga furioso quien se quiera poner, este es el rostro lleno de dolor, de Jesús”. 

Vamos a analizar lo dicho por la profesora Tarre. Primero, siente la necesidad de hacer una aclaratoria antes de afirmar la impresión que le ha causado la foto. Probablemente se estaba refiriendo a discusiones  que ha sostenido por Twitter con algunas personas (incluyéndome) debido a comentarios que hizo sobre la política del gobierno israelí y del conflicto con los palestinos. Pero en su advertencia también está la clara conciencia (ella conoce muy bien la historia de las relaciones entre cristianos y judíos) que su referencia a Jesús tiene otras implicaciones al referirse al Jesús de la pasión y muerte cuando se habla de una imagen que muestra a un palestino herido por los bombardeos del Estado judío. 

¿Expresa la profesora Tarre un sentimiento antijudío en su comentario? No necesariamente. Sin embargo, ni la historia ni la cultura (lo que incluye a las religiones) se borran tan fácilmente del inconsciente de las personas y de los colectivos. La tentación de referirse a Jesús en el marco del conflicto israelí-palestino es muy grande. Primero, Jesús nació, vivió y murió (y para los creyentes, resucitó) en la tierra donde se producen estos enfrentamientos. Segundo, Jesús era judío por nacimiento (nació en Belén que queda en Judea) y por religión (aunque algunos hoy prefieran llamar a Jesús “palestino”). Tercero, Jesús tuvo un enfrentamiento con las autoridades religiosas judías de su época, lo que según los relatos de los Evangelios condujo a su condena y crucifixión por parte de la autoridad política imperial romana. 

La teología cristiana se fundó en la premisa según la cual los judíos no aceptaron al Salvador, y que, peor aún, lo rechazaron, entregándolo a los romanos para que lo mataran. Eso implicó que la antigua alianza, la que Dios había sellado con Abrahán y sus descendientes, quedara anulada, y que una nueva alianza había nacido con la vida, pasión, muerte y resurrección de Jesús, el Mesías e Hijo de Dios, según la creencia cristiana, adoptada después por el Imperio Romano como religión oficial. Lo que vino después es conocido. Una larga historia de persecuciones, masacres y humillaciones cometidas por cristianos contra los judíos en nombre de su religión del amor. 

Volvamos a nuestra imagen. La profesora Tarre dijo que el hombre palestino rescatado de los escombros le recordó a La Pieta de Miguel Angel, la escultura que presenta a María con su hijo muerto en sus brazos. Esta escultura es una imagen de una gran fuerza expresiva y estética, pero sobre todo condensa un mensaje teológico: la Virgen María comunica el dolor de la Madre de Dios ante el cuerpo sin vida de su hijo, que ha sido sacrificado para salvar a la humanidad. Y de forma arquetípica también comunica el dolor de toda madre ante la muerte de un hijo. 

En la mente de la profesora Tarre se hizo la siguiente asociación: palestino herido rescatado de los escombros = Jesús muerto en los brazos de María. También podría hacer invocado muchísimas otras imágenes del arte europeo donde aparece Jesús sufriendo en la cruz o ya muerto sobre la loza en la que lavaron su cuerpo antes de llevarlo a la cueva donde habría resucitado tres días después. El palestino que se ve en la foto de AP tiene características que lo asemejan a la iconografía cristiana de Jesús. Es delgado, tiene barba, el pelo largo, y lleva sobre su cuerpo los "estigmas" de las heridas provocadas por el bombardeo israelí. 

A la asociación que hizo la profesora Tarre le faltó un eslabón que resulta bastante obvio para cualquiera que conozca un poco la historia del cristianismo y de sus relaciones con los judíos: palestino herido = Jesús muerto = ambos son víctimas de los judíos (antes y ahora). Es probable que la profesora Tarre no haya querido llegar tan lejos con su breve comentario, pero la advertencia que hace antes de presentar el paralelismo con Jesús expresa lo que en francés se denomina “qui s’excuse, s’accuse” – quien se excusa, se acusa. 

En ocasiones lo que comunicamos tiene dos niveles de lectura: uno explícito y otro implícito. El explícito en este caso, es que la profesora Tarre anuncia que va a decir lo que piensa sin importarle la reacción de quienes se puedan sentir ofendidos. El implícito es que “si a los judíos no les gusta, igual lo voy a decir”. Y después de hecha la aclaratoria va su comentario central: el palestino es igual que Jesús, lo que implica en el imaginario de mucha gente (especialmente los formados como cristianos) “el mismo Jesús que los judíos crucificaron”. 

Problemas factuales, implicaciones simbólicas 

En la asociación explícita e implícita que ha hecho la profesora Tarre con su comentario hay varios problemas. Uno es factual. No sabemos todas las circunstancias que rodearon al palestino herido. Como dije anteriormente, su apariencia se asemeja a representaciones clásicas al Jesús de la Pasión o muerto, pero desconocemos su identidad, de dónde fue rescatado, qué hacía en ese lugar (¿vivía allí? ¿trabajaba allí? ¿es una víctima civil o un combatiente?). Se me dirá que igual es un ser humano que sufre, sea cual sea su papel o su situación con respecto al conflicto. Es cierto. Pero en el terreno simbólico, a pesar de que la imagen de AP es la de una persona herida, su “cristificación” tiene una serie de connotaciones. Una de ellas es religiosa, pues como dijo la propia profesora Tarre, para los cristianos allí donde hay una persona que sufre está Jesús. Y otra es política (o si se quiere histórico-política): los judíos (representados por el Estado de Israel) vuelven a matar a Jesús cuando matan a los palestinos en Gaza. Un comentario al margen, pero relevante para este análisis, es que otra imagen que produce un efecto similar en muchas personas es la del cadáver del Ché Guevara rodeado de militares bolivianos. Allí también se dio un proceso de “cristificación” del Ché como héroe revolucionario.
Estos comentarios en Twitter no se dan en un contexto de simple asociación con la iconografía religiosa cristiana. Se dan en un marco en el que se ha registrado un incremento de expresiones antijudías por el conflicto entre Israel y los palestinos. Esos comentarios vienen tanto de la izquierda como de la extrema derecha, además de los islamistas. Y aunque no sea el caso de la profesora Tarre, el clima de opinión provocado por este conflicto lleva a que muchas personas cuestionen la existencia misma del Estado de Israel, carguen toda la responsabilidad sobre los judíos israelíes, tiendan a olvidar las posiciones extremas de Hamás que niega el derecho de los judíos a ejercer alguna soberanía sobre ese territorio (aunque sea parcialmente), e ignoren que los islamistas palestinos en Gaza se han armado con la ayuda de Irán y de otros factores para una guerra de largo aliento con Israel, lo que implica el bombardeo con cohetes, morteros y misiles cada vez más sofisticados contra los civiles israelíes. 

La tentación de hacer paralelismos religiosos en este conflicto que se escenifica en Tierra Santa está a flor de piel. Solo basta una imagen con un alto poder emocional, como la de AP, para evocar a una figura con tanta carga simbólica como Jesús. Otros podrán pensar en los mártires que se sacrifican por una causa "noble y superior", especialmente los islamistas. Algún judío podría asociarlo con la rivalidad  bíblica entre Isaac e Ismael, ambos hijos de Abrahán, que tuvieron sus diferencias desde que eran niños. Estas asociaciones son peligrosas. Contribuyen a reforzar prejuicios y estereotipos, que son, de alguna forma, responsables de resentimientos que no ayudan a superar los conflictos.

PS: El estudio de imágenes en la propaganda terrorista, la política y la salud pública es parte de un programa de investigación que inicié hace ya unos años sobre el papel de las emociones y lo sensible (referido a los sentidos) en la comunicación pública. Publiqué un primer libro sobre el tema intitulado Strategic Communication and Deformative Transparency. Persuasion in Politics, Propaganda, and Public Health (Routledge, 2019). También publiqué un artículo de mi investigación sobre el uso de imágenes con connotaciones religiosas en la comunicación política de Hugo Chávez. Ahora estoy trabajando en un análisis de representaciones visuales de la naturaleza y de los animales no humanos en los discursos ambientalistas y animalistas.  

1 comentario:

  1. Completamente de acuerdo. Es clave para cualquier interpretación saber qué hacía ese hombre allí. ¿era combatiente o colaborador? ¿o simplemente uno de los escudos humanos habituales del Hamas? Cualquier copmaración con Jesús es ignoranten o malintencionada. En mi interpretación del asunto solo me queda pensar que la ...Tarre termina apoyando a un grupo terrorista como Hamas, entonces se hace cómplice del terrorismo y pertenecería a ese grupo que no tiene el guaramo de decir "yo apoyo al terrorismo". He opinado.

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